Saber, Querer, Osar y Callar

Mis labios están sellados. También.

Voy a participar en silencio de todos los rumores. A permanecer impecable ante el flujo de pensamientos constantes, ante el incesante rumor de vuestras voces. Todos los rumores, todos los chismes, las voces, susurros no van a tener cabida en mi. Voy a dejar de transmitir vuestros sueños, vuestros deseos, vuestros rumores. Dejo así entonces de ser un repetidor, dejo de ser una antena.

A través de mi pasaron vuestros deseos. Hice mías vuestras interpretaciones del mundo. De un lado u otro me llegaron vuestras voces. Contaba a otras personas lo que me decíais, explicaba a otros lo que me habíais mostrado por televisión, mediante sueños u ondas de radio, narré mis experiencias pasadas a los demás, anuncié cuales serían mis siguientes movimientos… todo eso queda hora roto. Permanezco así entonces sin convertirme en parte de la epidemia.

Todo el mundo se ha construido a base de rumores. De chismes. Veneno. Es epidemia de la mente. Permanezco pues en silencio antes que transmitir vuestros deseos, antes de propagar vuestras ideas, vuestra voluntad.

Cuántas veces hemos pensado en ser los únicos creadores de nuestro mundo. Lo podemos ser si dejamos de seguir la creación de otros y pasamos a convertirnos en creadores de nuestro propio entorno.

Dios no está fuera observando la creación, no hay nada fuera. La creación es dios y nosotros somos creación. Como seres humanos somos también una herramienta del universo capaz de modificar nuestro alrededor. Cuando dejamos de se títeres y dejamos de ser robots pasamos a convertirnos en creadores, en eso que no os gusta oir… somos dios.

Nosotros somos dios, el dios creador. Somos creación creándose a cada momento.

Hacer mi voluntad es crear. Crear no es imponer mi voluntad, ni mis deseos a los demás porque eso es precisamente lo que trato de evitar a silenciarme ante los rumores-deseo de los demás.

Moldear mi universo no es convertirse en el foco de una nueva infección. Hacer mi voluntad es fluir con la voluntad universal, respetando cada ser como a una estrella. Como dijo Crowley.

Así que callarse para no transmitir ni perpetuar las viejas ideas repeler así las lenguas negras que depredan mi alma. Adquirir responsabilidad, reconozco que es más cómodo creer en algún dios que nos guía o pensar que algún maestro nos salvará, pero es necesario hacerse con nuestro propio libre albedrio y responsabilizarnos de nuestros actos.

Perder el miedo y sobretodo el miedo a los efectos de podríamos provocar, si estamos haciendo nuestra voluntad no hay que temer repercusiones negativas a nuestro alrededor porque se estará haciendo la voluntad real del universo.

blackrainbow